5 de julio de 2011

Caso de impacto: EL ASESINO DE LA BARAJA


NOMBRE: Alfredo Galán (Ciudad Real, 1978)
 
PERÍODO ACTIVIDAD: Enero a Mayo 2003
QUÉ: 6 asesinatos y 3 tentativas con arma de fuego (Tokarev yugoslava de calibre 7,62 milímetros)

ZONA DE ACCIÓN: Madrid, Tres Cantos, Alcalá de Henares y Arganda del Rey.

TIPOLOGÍA: Personalidad psicopática motivado por el poder y el control.

A QUIÉN (Víctimas)
HECHOS
24 Enero 2003
Juan Francisco Ledesma (50)
Matan de un disparo al portero Juan Francisco Ledesma (calle Alonso Cano, Madrid).
5 Febrero 2003
Juan Carlos Martín Estacio (28)
Entre las 4 y las 5 de la mañana asesinan a Juan Carlos Martin de un disparo en la cabeza en una parada de autobús de la Alameda de Osuna (Madrid). Aparece un As de copas junto al cadáver.
5 Febrero 2003
Mikel Jiménez Sánchez (17), Teresa Sánchez García (38) y Juana Uclés (60).
Se produce un tiroteo en el Bar Rojas (Alcalá de Henares). En él, resultan muertos Mikel J. (camarero e hijo de la dueña del bar) y Juana U. (clienta), mientras que Teresa S., dueña del establecimiento y madre de Mikel, padece múltiples heridas de bala, a pesar de lo cual sobrevive.
7 Marzo 2003: Eduardo S.S (27) y Anahid.
Tres Cantos. Eduardo se está despidiendo de su pareja cuando se acerca un individuo y dispara a la cara del chico. Antes de poder disparar contra Anahid, huye dejando un dos de copas junto al cuerpo de Eduardo. Eduardo no muere pero se le diagnostica pronóstico grave.
18 Marzo 2003
Geroge (40) y Donia Magda (40).
En Arganda del Rey aparecen los cuerpos de un matrimonio rumano. George murió al instante de un disparo en la cabeza. Donia recibió dos disparos en la cabeza y se la diagnosticó clínicamente muerta tras su llegada al hospital. Junto a los cuerpos se encuentran el tres y el cuatro de copas.

CAUSAS: Militar profesional, tras su segundo regreso de Bosnia se le asigna ir a Galicia a limpiar chapapote. Sintiendo su carrera profesional estancada y sin posibilidad de ascender, coge una baja con tratamiento que se convierte en definitiva en marzo del 2003. Para entonces, ya había cometido los asesinatos de Francisco L, Carlos M. y el tiroteo del Bar Rojas. Según las declaraciones del propio Galan, en ningún caso llegó a sentirse turbado ni con sentimientos de malestar (remordimientos, inseguridad, dudas...),  ya que a pesar de ser consciente de que lo que estaba haciendo "estaba  mal", las víctimas le daban igual y su motivación era el simple hecho de "matar por matar". Su conducta refleja una necesidad de demostración de poder y de su necesidad de control: tras una vida sin destacar, en este momento él puede elegir quién, cuándo y cómo ejecutar de forma "limpia", sin más finalidad que la autoimpuesta para mantener su autoconcepto al nivel que él considera aceptable. La perfección de sus ejecuciones son comparables a las de un soldado ejemplar o un sicario invisible. La aparición fortuita del as de copas junto al cuerpo de Juan Carlos Martin, abre la posibilidad de vincular los crímenes y poner a prueba el bombo mediático de sus acciones. Hizo de los naipes parte de su firma, junto a la ejecución en posición de rodillas con uno (o varios) disparos en la cabeza. La posición y la carencia de sadismo reafirman posición de poder sin más finalidad que el logro de control. Son estos hechos y su impacto social, los que mantienen a Galán “con los pies en la tierra” y en una realidad que le hacen estar integrado y aparentar absoluta normalidad a pesar de su historial clínico. 

RESOLUCIÓN:  el 22 de Mayo del 2003 se detiene a un miembro del grupo Ultra Sur acusado de los hechos del Bar Rojas y el 3 de Julio, Galán se entrega en la Comisaría de Puertollano, confesando la autoría de los 6 homicidios y las 3 tentativas. El 7 de Febrero de 2005 es condenado a 140 años y 3 meses de prisión.

NOTAS: ¿Porqué se entrega Galán? Entre la inculpación del Ultra Sur y su entrega pasa algo más de un mes. En ese tiempo Galán tiene tiempo de valorar sus logros y su nombre, ahora vinculados a otra persona. El poder dar a conocer al mundo al auténtico autor de los hechos que mantuvieron alerta a la sociedad española, y reflexionar sobre la realidad de que probablemente sería descubierto antes o después, precipitaron que fuera él mismo el que se dirigiera a una comisaría. De esta forma, además de lograr que se le atribuya su “obra” dejando de ser una persona anónima, logra no ser cogido nunca, sino que en realidad ha sido él el que se ha entregado, consiguiendo así, mantener el control de la situación hasta el final.

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